Hoy nos vamos a centrar en esta zona, un mar circular de
casi 4000 millones de años y 650 kms de diámetro. La mejor época para verlo es
5 días después de la Luna Nueva o 4 después de la Luna Llena. Incluso con unos
simples prismáticos es precioso.
A pesar de que la imagen no es buena, podemos visualizar muy
bien ciertos accidentes, entre los que destaca Posidonius, un cráter muy
interesante de 96 kms. Debido a su situación justo en el terminador y al
momento de la exposición, no podemos apreciar sus características con un mínimo
de detalle, así que lo dejaré para otra ocasión, porque merece la pena detenerse en él.
Llama la atención unas crestas en la mitad del Mar,
prácticamente seguidas una de otra: de izquierda a derecha la Dorsa Smirnov, de
131 kms de longitud, y la Dorsa Lister de casi 300 kms. Estas formaciones son
características de los mares lunares, y se forman al enfriarse la lava.
En medio del mar, como una isla, Bessel, pequeño cráter de
17 kms muy reciente, con llamativos eyectos.
Abajo a la derecha Plinius, cráter de unos 40 kms con
terrazas de hasta 2300 m y una montañita
central.
Y a la derecha la cordillera Montes Haemus, de 400 kms de
longitud, en medio de la cual destaca el cráter Menelao, de 27 kms, también muy
reciente (en términos lunares, claro).
El Mar de la Serenidad, como algún otro mar, presenta una
anomalía gravitacional en su interior; una zona de densidad muy alta en
comparación con los alrededores. En términos técnicos esta anomalía se
denomina “mascon” (mass concentration).
Los satélites artificiales tienen que corregir su órbita después de sobrevolar
una mascon.
Por último, entre Posidonius y Plinius, hay una región
montañosa denominada Mons Argaeus, de 2500 m de altura. Muy cerca de allí
alunizó el Apolo 17.
Maksutov Cassegrain 127
Procesado con Registax 6
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