Copérnico es, sin
ninguna duda, el cráter favorito de la mayoría de los lunáticos.
Su ubicación, ideal para la observación, permite apreciar
con claridad todos los componentes de un cráter típico visto de frente.
Relativamente joven, de unos 810 millones de años, aunque
más viejo que Tycho, que solo tiene
100 millones de años.
Si se conserva bien quiere decir que a partir de esas
fechas la actividad meteórica disminuyó considerablemente en nuestro satélite,
así como en el sistema solar en general.
Dado que Copérnico
impactó sobre un mar, con una corteza menos gruesa que en otras zonas, su
aspecto es distinto que Tycho. Las
vertientes exteriores, de 900
m de altura sobre el terreno circundante, presentan numerosos valles radiales, y se ven
algunas cadenas de cratercillos por alrededor.
Los materiales eyectados se extienden por una superficie
de 500 km
de diámetro.
Tycho, sin embargo,
al caer en una zona montañosa y sumamente craterizada, de un espesor mayor y
más dura, eyectó materiales a una distancia de 3000 km nada menos.
El circo de Copérnico
mide 93 km
de diámetro, y su fondo se encuentra a 4000 m de los bordes superiores.
En el centro se encuentra un macizo montañoso de 30 km de largo que llega a
los 1200 m
de altura, muy por debajo de las crestas que coronan la pared del cráter.
Impresionante su observación cuando va amaneciendo poco a
poco en su interior. Como el terminador avanza a unos 15 km/h , bastan 6 horas
para asistir a la salida del Sol sobre Copérnico.
Todo un espectáculo.
El norte está abajo.
Maksutov Cassegrain 127
Procesado con Registax 6
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