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jueves, 30 de agosto de 2018

JANSSEN Y ALREDEDORES



Hacia 1960, Eugène Schoemaker desarrolló un método de datación de las formaciones lunares basado en el principio de que un cráter nuevo acaba con los cráteres antiguos. La observación de Janssen (1), una llanura amurallada muy deteriorada de 190 km de ancho y casi 3000 m de profundidad, permite poner a prueba este método.
Observamos, en primer lugar, que sus paredes desaparecen bajo numerosos cráteres más recientes. En el norte la muralla ya no existe, volatilizada por el doble impacto que formó Metius (2) y Fabricius (3).
El fondo accidentado de Janssen alberga numerosas colinas y cráteres de menor tamaño. Lo más interesante en mi opinión de la imagen de esta noche es contemplar el haz de grietas, la mayor de las cuales, orientada de norte a sur, alcanza los 140 km.
Metius posee unas vertientes escarpadas de una anchura de 90 km y 3000 m de altura. Fabricius, de 80 km, se formó con posterioridad y tiene menor profundidad. Sus terrazas internas son perfectamente visibles y su fondo llano alberga una montaña central y una llamativa cadena montañosa al norte del circo.
Antes de irnos, no dejemos de observar el  Vallis Rheita (4), una cadena increíble de cráteres de unos 500 km de la que ya hemos comentado antes.
La Luna nunca cansa y siempre está ahí. Disfrutemos de ella.

Maksutov Cassegrain 127
Procesado con Registax 6.

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